A menos que seas una quinceañera o quinceañero, seguro has pensado en lo rápido que uno envejece. Basta con cumplir veinte para comenzar la vida adulta y con ella, nuevas responsabilidades, preocupaciones y achaques; conforme va aumentando la edad, aumentan estas molestias, aunque no siempre ocurre así, mucho depende de nuestros hábitos y perspectivas. En este sentido, también hay que reconocer que con la edad también vienen nuevas experiencias, conocimientos y alegrías, es por eso que hoy queremos hacer énfasis en esas cosas que nos pueden llevar a la felicidad en cualquier etapa de la vida, aún en la vejez.
- Actitud positiva respecto a la vejez: un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos) demostró que las personas que mantuvieron una actitud positiva ante el envejecimiento aguantaron mucho mejor el estrés durante este etapa. Sin caer en un optimismo barato, la vejez necesita ser vista desde otros ojos. No sólo por nuestro propio bien, si no por el bien de las personas mayores que ya viven esta edad y son vistas por el resto del mundo con cierto desprecio, como una edad poco deseable, algo temible y que hay que evitar a toda costa (un ejemplo son los numerosos productos que existen para disminuir las marcas de la edad).
- Amigos de la misma edad: no sólo durante la vejez, convivir con personas de edades similares garantiza un mejor disfrute del tiempo, ser comprendidos escuchados y ser escucha también. Para los adultos mayores, tener relaciones de amistad con gente de edades similares puede hacer más llevadero esos días que muchas veces se caracterizan por la soledad; pueden compartir intereses, pasatiempos y anécdotas.
- Caminar: Los expertos confirman que no hace falta correr maratones para mantenerse saludables. Basta con caminar 20 minutos al día: mejora la circulación, los huesos, articulaciones, mejora el estado de ánimo, ayuda a adelgazar, fortalece los músculosm mejora el sueño y despeja la mente. Para los adultos mayores puede representar una enorme ventaja incorporar la caminata en su rutina, a su tiempo, a su ritmo, no importa cuánto, todo ayuda.
Estos consejos aplican no sólo para la vejez, podemos aplicarlo desde hoy. No olvidemos que la vejez es sólo una etapa de la vida más que hay que comenza de dejar de temer, de estigmatizar, y nombrarlo, refelxionar y hablar sobre ello para evitar caer en discriminación, al mismo tiempo, caminar hacia esa misma meta con entusiasmo; preparándonos por fuera al ahorrar para nuestro retiro y por dentro, al prepararnos emocional y espiritualmente para el invierno de la vida.
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