En los últimos días hemos escuchado que hay algunas iniciativas para modificar radicalmente el esquema de ahorro para el retiro de los mexicanos. Tal vez no lo sepas, pero las AFORE (Administradores de Fondos para el Retiro) surgieron en una época de crisis en el país que ya no podía solventar las pensiones de los trabajadores y fueron un salvavidas que hasta la fecha representa el 16% del PIB.
En 1973 se hizo la ley del IMSS que regulaba la pensión de los trabajadores bajo un esquema de beneficio definido, ¿qué es eso y con qué se come? Sólo se refiere a un sistema en el que las generaciones jóvenes y en edad laboral, subsidian las pensiones de los jubilados que ya no pueden trabajar; con la confianza de que la siguiente generación subsidiará su pensión, y así sucesivamente. Al principio todo funcionaba muy bien, como había más jóvenes trabajando que abuelitos cansados, no era difícil enviar un porcentaje de su sueldo a la pensión de aquellos viejitos que merecían descansar. Todo cambió cuando la pirámide poblacional comenzó a invertirse: los jóvenes se redujeron en número y las personas en edad avanzada aumentaron. Claro que a todos les gustó que la esperanza de vida aumentara considerablemente gracias a los avances médicos, pero había que pensar en una nueva solución para mantener a tantos viejitos que vivían aún más años y por lo tanto, necesitaban de una mayor pensión. Poco a poco la carga fiscal fue aumentando, pues el dinero que ahorraban los jóvenes ya no era suficiente. Entonces, llegó el nuevo esquema de contribución definida a salvar el día: las AFORE serían organismos que administrarián el ahorro INDIVIDUAL de cada trabajador para que su pensión fuera el resultado de su propio esfuerzo y completamente suyo. Así se eliminó el problema intergeneracional que comenzaba a generarse a partir de la inversión de la pirámide poblacional y se liberaba la carga fiscal sobre el gobierno: los empleados subsidiarían su propia pensión. ¡En hora buena!
Como todas las creaciones humanas, las AFORE tampoco son perfectas, aún hay muchas cosas por mejorar y fortalecer. Pero como mexicanos en edad laboral, podemos estar satisfechos de que hoy tenemos acceso a una cuenta individual para ahorrar para nuestro retiro. Contamos con muchas ventajas al poder invertir nuestro dinero en una cuenta que es vigilada por expertos que hacen crecer nuestro dinero: hoy en día, el 45% del dinero dentro de los fondos de inversión de los trabajadores corresponde a los rendimientos ganados a lo largo de estos 24 años de existencia de las AFORE. Según el actuario Jorge López, experto en pensiones, nunca el sistema financiero había logrado una capilaridad en 66 millones de cuentas que siguieran invertidas por expertos de la mejor forma posible en instrumentos de internacionales, nacionales, públicos y privados.
Hay que estar abiertos a reconocer los errores y fortalecer el esquema que ya tenemos, sin destruir lo que ya hemos hecho bien: hay que complementarlo y fortalecerlo para que al final, los más beneficiados seamos nosotros en un futuro.
Por Elizabeth Mata